A VECES LO QUE MÁS AGOTA NO ES COCINAR……

ES PENSAR SI SE LO VA A COMER O NO

 

No es la insípida pasta sin salsa, ni cortar la verdura en forma de estrella.

 

Lo que más cansa es el sobrepensar.

 

El sentir que lo estás haciendo mal cuando no come.


La exigencia de que deberías corregirlo, pero no sabes cómo si no es obligarle a que se lo coma o darle lo que finalmente acepta.

Y luego para rematar está la duda de si está nutriéndose como necesita para crecer saludable


Para resolver ese miedo de sentir que estas haciéndolo mal, sigue leyendo

 

Porque no necesitas otra receta, ni complicar más tus mañanas o la hora de la cena, sino dejar de creer que eres mala madre porque no come como piensas que debería.

Y  accionar hacia un plan de alimentación y conductual flexible, con resultados científicamente comprobados, que se adapten a tu peque en específico tal cual como él es y las preferencias que tenéis como familia para comer

 

Esto también incluye la experiencia sensorial y hacer que el sentarse en la mesa sea un acto simple, no perfeccionista y placentero

 

 

Para eso cree estas mentorías personalizadas de alimentación infantil enfocadas en hacer el acto de comer algo sostenible y sencillo



Vamos a hacer que la hora de la comida no sea una pelea

 

Así que si tienes un peque con selectividad alimentaria es posible que esté ocurriendo que :

  • Te inventas cenas creativas que no acepta, lo cual te hace sentir más frustada y en un agujero de lista reducida de alimentos que acepta

  • Sientes culpa por si comió muy poco… o demasiadas galletas, además de la preocupación sobre si esto lo está nutriendo para crecer apropiadamente

  • Sobrepiensas si lo estás haciendo bien, lo cual te deja con dolor de cabeza y  pensando que tu hijo quizás es demasiado caprichoso

  • El ambiente no ayuda y sientes que estás sola en este proceso, cuando lo único que quieres es que tu peque esté bien alimentado y que sea algo sencillo

 

Esto lo vamos a resolver sin trucos raros ni menús imposibles de seguir y sin tener que reinventar lo que cocinas cada semana.

 

Y aunque aquí hablamos de calma, límites amorosos y estrategia emocional, también hablamos de nutrición.

 

Porque soy nutricionista y farmacéutica.

 

Y no necesitas adivinar si recibe suficientes nutrientes sino que necesitas saberlo

 

Por lo que en nuestras sesiones también:

 

✔️ Verifico que esté recibiendo los nutrientes que necesita, según la comida que esté ingiriendo y la edad que tiene
✔️ Evaluamos si hay causas subyacentes que expliquen su conducta con la comida como alguna sobrecarga sensorial, emocional o de distracción, algún problema motor o muscular a nivel bucal o algo fisiológico como alergias o alteraciones digestivas
✔️ Adaptamos la estrategia sin poner en riesgo su salud física ni tu tranquilidad mental, pero si enfocándonos en que esto sea una cosa más de tu crianza y no un tema principal del día a día

 

Esto se trata de relajar el ambiente en la mesa, recuperar tu rol de madre, asegurarte que esté bien nutrido y confiar más en ti… y en tu peque.

Y eso es lo que hacemos juntas en la mentoría.

 

 

Y si te han dicho que “esto es solo una etapa”

 

Sí, tienen razón, es una etapa.

 

Pero sólo porque sea una etapa no significa que tienes que pasarlo mal y que tienes que estar dudando acerca de su salud

 

Cuando accionas ahora…

 

Vas a evitar el desgaste familiar y el costo emocional y nutricional de la selectividad alimentaria, en un espacio libre de juicios donde nos enfocamos en lograr resultados

 

A largo plazo, esto impacta mucho más que un vegetal rechazado.

Las comidas sin batallas ni chantajes significan hacer espacio para aprender a comer desde la conexión y con hábitos bases para su adultez.

Además que podrás disfrutar de otras experiencias con tu peque como ir a un restaurante, viajar con él, probar nuevas comidas e ir a cenas familiares sin tanto sobre análisis y sabiendo qué hacer cuando hay un rechazo de alimentos y sin tener que sentir que todos te ven y juzgan como madre, sino que estás segura de tus elecciones y decisiones

 

ALIMENTAR NO ES SOLO NUTRIR EL CUERPO:

 

es cuidar la relación que se establece con los alimentos

 

Así que cuando tienes una mentoría de selectividad alimentaria conmigo ocurre esto:

  1. Previenes que el rechazo actual se convierta en un hábito rígido difícil de cambiar.

    Porque cuanto más tiempo se repite una dinámica, más costoso (emocional y conductualmente) se vuelve romperla.

     

  2. Transformas la comida en una experiencia de conexión, en vez de en una fuente diaria de tensión.

    Porque no se trata solo de lo que come, sino de cómo viven juntas esos momentos.

     

  3. Ahorras tiempo y energía mental dejando de cocinar por ensayo y error.

    Una sola comida para todos, sin menús aparte ni adivinanzas.

     

  4. Te aseguras de que esté bien nutrido sin tener que convertirte en experta en micronutrientes.

    Con acompañamiento profesional que se enfoca tanto en lo emocional como en lo nutricional.

     

  5. Reduces el riesgo de que la ansiedad alimentaria afecte su crecimiento, su digestión y su relación futura con la comida.

    A largo plazo, esto impacta mucho más que un vegetal rechazado hoy.

     

  6. Recuperas confianza como madre, sin depender de opiniones externas ni soluciones contradictorias.

    Porque no necesitas más tips sueltos, sino una estrategia real que te dé claridad.

     

  7. Evitas que tu hijo asocie la comida con presión, castigos o premios.

    Lo que se aprende hoy, lo recordará mañana.

     

  8. Fortaleces el vínculo con tu peque al mostrarle que su autonomía importa… sin ceder tu rol de guía.

    Comida sin batallas ni chantajes. Solo límites claros y presencia real.

     

  9. Puedes detectar si hay causas más profundas que requieren atención (digestivas, sensoriales, emocionales).

    Y resolverlas antes de que se cronifiquen o se oculten detrás del “solo es que no le gusta”.

     

  10. Ganas paz.
    Literal.
    Paz en la cocina, en la mesa, en tu mente.

     

  11. Dejas de ofrecerle comida cada 5 minutos porque no comió y de cocinarle otra cosa porque rechazó lo que le preparaste.

    Finalmente no dudarás sobre si está nutrido o no ni pasarás la mañana pensando en si comió antes de ir al colegio.

Y todo esto lo hacemos durante dos semanas juntas

 

  • Primero tenemos una videollamada de 90 minutos 
  • Te doy acceso a un tablero Notion compartido donde tienes toda la información estructurada, resumen de la videollamada, pasos a seguir, comentarios y ajustes que te recomiendo hacer, registro de los progresos y recomendaciones dietéticas
  • Y por último estamos en con contacto diario de Lunes a Viernes durante dos semanas via Voxer
Reservas aqui

 Y una cosa más, a veces me dicen esto:

“Necesito a alguien que me diga qué es normal, qué no… y dejar de cocinar con miedo.

miedo a su reacción, miedo a que no coma, miedo a hacerlo mal.”

Ante esto te contesto:

Yo se que la fatiga de estar cocinando dos platos en tu cabeza, uno que es el que quieres que acepte y el otro que usas en caso de emergencia, es agotador

Pero todo esto tiene una solución, donde imagínate que :

  • Cocinas una sola comida para todos, sin menús extra ni dramas o sustitutos.

  • Si no lo quiere, sabes cómo responder sin enfados ni trampas que solo empeoran el problema.

  • Tienes estrategias desarrolladas por una experta en selectividad alimentaria enfocadas en lo sensorial, nutricional y conductual para que puedas acompañar a tu peque a comer sin desgastarte

  • Comen lo que hay, pero con opciones flexibles, no negociaciones eternas, que hacen que se alargue el tiempo de comer de 30 minutos a 2 horas.

  • Y tú dejas de ser chef, psicóloga y detective de nutrientes… todo al mismo tiempo, para que te sobre energía y hagas otras cosas que quieres hacer como madre

Porque la selectividad alimentaria no se soluciona simplemente dejando de obligar a tu hijo a comer y ya, que es lo que algunas personas, que no saben del tema, te pueden decir.

 

Se soluciona contratando a una experta que va a asegurarse de evaluar todos los componentes psicoemocionales, nutricionales, sensoriales y relacionales que ocurren en la mesa, enfocados en el estilo de crianza y de alimentación que tu quieres tener.

Aqui transformas las comidas

Algunas mamás de las Mentorias opinan esto

Mentoria de selectividad alimentaria

300 €

Incluye

  • Videollamada 90 minutos
  • Toda la información estructurada en Notion, resumen de lo tratado en la Mentoria, acciones a seguir, recomendaciones dietéticas, comentarios de todos los progresos e indicaciones de qué hacer en cada momento
  • 2 semanas de seguimiento con contacto diario de lunes a viernes via Voxer
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